Reflexiones sobre la visita del Presidente López Obrador a Baja California Sur

La visita de AMLO a Baja mezcla elogios al sector salud con preocupaciones sobre seguridad. El legado de Zapata es debatido, las batallas fiscales se intensifican y el campo de golf de un multimillonario se convierte en un campo de batalla público.

Reflexiones sobre la visita del Presidente López Obrador a Baja California Sur
El Presidente López Obrador se dirige a una audiencia cautivada durante la conferencia matutina en Baja California Sur. Crédito: Andrés Manuel López Obrador

El presidente Andrés Manuel López Obrador, ampliamente conocido como AMLO, tiene fama por sus prolongadas y a menudo digresivas "Conferencias Matutinas". Estas ruedas de prensa ofrecen un vistazo a los asuntos internos de México, a menudo destacando tensiones regionales y la compleja interacción entre política y políticas públicas. En medio de los recientes titulares provenientes de Baja California Sur, la conferencia de AMLO adquiere una significancia única.

La efusiva bienvenida del gobernador Víctor Manuel Castro Cosío a AMLO subraya las altas apuestas que dependen de la introducción del programa de salud pública IMSS Bienestar. La frase "salud para todos, que nadie quede fuera, que nadie se quede atrás" no es mera retórica política, es un deseo visceral en un estado donde las disparidades en el cuidado de la salud probablemente son profundas.

Este enfoque en el bienestar social representa un sello distintivo de la presidencia de AMLO y encuentra una resonancia natural dentro del contexto de Baja California Sur. Sin embargo, el discurso de Castro Cosío también insinúa una corriente subyacente de tensión. Su elogio a las fuerzas federales de seguridad encargadas de mantener la "paz" dentro de la entidad sugiere una situación menos que ideal gestándose bajo la superficie de este aparentemente idílico destino turístico.

El informe de seguridad sin concesiones del Secretario de Marina, Rafael Ojeda Durán, desvela la fachada de Baja California Sur como un destino despreocupado. Violaciones, extorsiones, asaltos violentos y abusos domésticos pintan un retrato inquietante en contradicción con la imagen del estado. Paradójicamente, parece que Baja California Sur es tanto una zona de bajo homicidio como un foco de otros delitos graves.

Las enormes cantidades de drogas decomisadas, la impresionante suma de dinero ilícito confiscado y un número impactante de arrestos enfatizan aún más una delincuencia latente. ¿Qué significa esto para los residentes? ¿Para los turistas? ¿Cómo concuerda esto con el lanzamiento de una importante iniciativa de salud? Estas preguntas quedan sin respuesta.

La mención de Castro Cosío a la escasez de agua en Baja California Sur, una península conocida por su aridez, añade otra capa de complejidad. Es un recordatorio de que incluso las regiones bendecidas con belleza natural y potencial económico enfrentan desafíos fundamentales de recursos. La planta de desalinización planeada en Cabo San Lucas es una intervención bienvenida, pero una exploración más profunda de cómo Baja California Sur planea abordar la sostenibilidad hídrica a largo plazo proporcionaría un contexto necesario para estos fragmentos de política en las noticias.

La Conferencia Matutina de AMLO desde Baja California Sur ofrece una ventana intrigante pero finalmente incompleta a la situación del estado. El enfoque optimista de Castro Cosío en la salud y la seguridad oscurece una realidad social más matizada. Las estadísticas del Secretario Ojeda Durán ofrecen un contrapunto frío, provocando preguntas críticas sobre la salud social subyacente del estado.

La visita del presidente parece ser un momento de simbolismo político, una muestra de apoyo en medio de una maraña de problemas no resueltos. Para Baja California Sur, la verdadera historia podría estar en los años venideros: cómo las políticas federales se traducen en el bienestar local, cómo evolucionan las dinámicas del crimen y cómo se aborda el desafío siempre presente del agua probablemente contarán una historia más definitiva que cualquier conferencia o ciclo de noticias individual.

El Agente Tributario y el Caso de los Millones Perdidos de Total Play

Al parecer, las costas de Baja California Sur no son solo un hervidero de turistas en busca de sol. Se han convertido en un campo de batalla figurativo, y tal vez literal, en una saga tributaria de alto perfil que ha estado gestándose durante más de una década. En el centro de la reciente Conferencia Matutina del Presidente López Obrador se encuentra el Caso Total Play, un intrincado esquema de evasión fiscal presuntamente orquestado por uno de los hombres más ricos de México, Ricardo Salinas Pliego.

El meollo del asunto, según explicó Antonio Martínez Dagnino, jefe del SAT (la autoridad tributaria de México), radica en las prácticas contables creativas de Total Play. Desde 2011, la empresa de alguna manera ha logrado reportar más gastos que ingresos, una imposibilidad fiscal. Cuando se le exigió pagar el ISR (Impuesto Sobre la Renta) en 2015, Total Play optó no por el cumplimiento, sino por una batalla legal laberíntica.

La historia es un recordatorio contundente de que para algunos, el litigio es simplemente una herramienta para ganar tiempo. Nueve años y numerosos desafíos judiciales después, la Suprema Corte de México finalmente confirmó la factura fiscal en 2022 y la reafirmó en 2024. Sin embargo, el dinero sigue fuera de las arcas del gobierno. El apasionado llamado de la abogada fiscal Grisel Galeano García a los magistrados ("Retrasar la cobranza sería complicidad") enfatiza la urgencia de la situación y tal vez insinúa la presión política que podría estar retrasando la resolución.

La elección de palabras de Dagnino al describir las prácticas de Total Play es intrigante. No acusa a la empresa de fraude o criminalidad. En cambio, afirma que sus prácticas "no son correctas", agregando que la empresa abusó de los beneficios otorgados en ciertos sectores. Esta formulación sugiere un esquema complejo, diseñado para bordear los límites de la legalidad, y subraya el desafío de identificar estrategias sofisticadas de evasión fiscal.

Los aproximadamente 30 mil millones de pesos aún en el limbo legal destacan aún más la magnitud del posible ingreso fiscal perdido. Si esta cifra asombrosa representa una ambiciosa avaricia, una apuesta cínica en lagunas legales o una medida desesperada de un negocio bajo presión financiera, sigue siendo frustrantemente opaco.

El Presidente señaló que, después de la resolución del Tribunal sobre el descuento a una de las empresas de Ricardo Salinas Pliego, ha habido "controversia", razón por la cual invitó al director del Servicio de Administración Tributaria (SAT) a la Conferencia Matutina. Antonio Martínez Dagnino y la fiscal, Grisel Galeano García, para detallar el asunto. "Quiero aclarar que no hay nada personal, no estamos peleando con nadie, no tenemos enemigos ni queremos tenerlos. Sí, defendemos los intereses de la mayoría de la gente porque para eso nos eligieron, tenemos que gobernar y defender los bienes del pueblo y los bienes de la nación", aseguró.

Asimismo, mencionó que las "grandes corporaciones" no pagan impuestos previamente, por lo que aún hay resistencia para que cumplan con sus obligaciones fiscales. "Buscamos asegurar que no haya privilegios fiscales, porque es muy injusto, ¿cómo es posible que los trabajadores mexicanos paguen más Impuesto Sobre la Renta que los empresarios? Tiene que haber justicia", dijo. Explicó que el Gobierno de Vicente Fox ha informado que las empresas de Salinas Pliego evaden el pago de impuestos y van a los tribunales para defenderse.

AMLO, los Medios de Comunicación y la Batalla por la Verdad

El discurso de hoy está dominado por los ecos de un informe acusatorio redactado por el periodista Tim Golden. Un informe carente de sustentación, pero cargado de implicaciones de vínculos nefastos con el narcotráfico. La respuesta de AMLO, como era de esperar, es una mezcla de desafío y desdén. "Aunque no haya evidencia, somos libres de expresarlo, pero si no hay evidencia, se pierde credibilidad", afirma, su voz una mezcla potente de convicción y desprecio.

Pero más allá de las meras palabras yace una corriente subyacente de manipulación y desinformación. AMLO lamenta la campaña orquestada en su contra, liderada por 'bots' digitales y amplificada a través del coro viral de #narcopresidente. Doscientos millones de repeticiones, una cacofonía abrumadora de difamación y sospecha resonando a través del paisaje digital. "Cuesta mucho dinero, millones de pesos, difundir mentiras", lamenta, una voz solitaria luchando contra la marea de engaño.

Sin embargo, en medio del diluvio de falsedades, AMLO se encuentra enredado en una batalla no solo con adversarios externos, sino también con las instituciones mismas encargadas de salvaguardar la verdad. El Instituto Nacional Electoral (INE), encargado de mantener la integridad del proceso electoral de México, está acusado de abdicar su responsabilidad. Negándose a investigar los orígenes de los recursos que alimentan las campañas de difamación en redes sociales, mientras censura al Presidente mismo. La ironía no escapa a AMLO, quien comenta irónicamente: "Pero es su responsabilidad censurarme".

En un gesto de cumplimiento renuente, AMLO relata su reciente enfrentamiento con los poderes fácticos. Una entrevista controvertida, rápidamente eliminada tras una notificación, una concesión ofrecida y rechazada, y finalmente, un campo de golf enredado en la maraña burocrática. La Guardia Nacional, una vez más arrojada a la refriega, encargada de proteger lo que legítimamente es propiedad pública. Sin embargo, en el laberinto retorcido de la política mexicana, incluso la recuperación de tierras se convierte en materia de escándalo y escrutinio.

Zapata, Campos de Golf y la Revolución

Es una historia de la que el Presidente Andrés Manuel López Obrador nunca está lejos de excavar. En medio del habitual frenesí de su Conferencia Matutina, un nombre se eleva por encima del murmullo del cuerpo de prensa: Emiliano Zapata. AMLO, con su habilidad para convertir la política en parábolas, utiliza a Zapata como contrapunto de Francisco I. Madero, pintando a Zapata como el hombre de la tierra, a Madero como el soñador ajeno a la tierra. "El idealismo de Madero habría dado frutos", reflexiona AMLO, "si tan solo hubiera abrazado la lucha del campesino, la bandera zapatista".

El espectro de Zapata, la figura icónica de la Revolución Mexicana, se cierne sobre AMLO, un recordatorio de promesas hechas y luchas aún no resueltas. El relato que teje AMLO es clásico: los codiciosos terratenientes porfiristas, su insaciable apetito por la tierra finalmente encontrando su contraparte ardiente en la rebelión campesina del zapatismo. Hay un atisbo de nostalgia aquí, casi un lamento por una revolución que, a los ojos de AMLO, permanece inconclusa.

Pero luego, como es el estilo de AMLO, la escena cambia con brusca repentina. Ya no estamos en la época de Zapata; estamos en medio de una pelea diferente. El escenario: un campo de golf en Huatulco, arrebatado de vuelta a manos de la nación después de tratos turbios. Se han ido los revolucionarios bigotudos, reemplazados por tropas de la Guardia Nacional y un magnate lamentando la pérdida de sus verdes cuidados.

El hombre en el punto de mira es Ricardo Salinas Pliego, el multimillonario empresario, un símbolo, a los ojos de muchos, de los excesos mismos que AMLO dice despreciar. Salinas Pliego lamenta el mal uso del músculo gubernamental. AMLO contraataca volviendo a las maltrechas cuentas de la historia mexicana. Tierras que alguna vez fueron para el pueblo, afirma, fueron parceladas por "El Presidente Fox" - Vicente Fox - y sus compinches, vendidas por centavos.

El campo de golf, afirma AMLO, siempre ha sido un patio de recreo para los ricos, construido en tierras que legítimamente pertenecen a la nación. Olvídense de fairways exuberantes y trampas de arena perfectamente ubicadas: esta tierra necesita ser devuelta a la naturaleza, convertirse en un Área Natural Protegida. Y ¿qué hay del dinero?, cuestiona AMLO, ¿acaso un solo centavo de esas ganancias fluía de regreso a las arcas públicas? No, aquellos que se beneficiaron lo hicieron mientras el estado pagaba la cuenta del agua y el mantenimiento.

Es el AMLO clásico: parte lección de historia, parte sermón populista. Zapata y Salinas Pliego -dos nombres, dos épocas, curiosamente unidos en la narrativa de AMLO. Ambos son, de diferentes maneras, manifestaciones de una antigua lucha sobre quién "posee" México. El espíritu de Zapata aún camina, el espectro no resuelto de la reforma agraria que cuelga sobre cada subasta del gobierno y cada decreto para proteger la naturaleza salvaje.

Caso Ayotzinapa y Búsqueda de Justicia

El abordaje de AMLO sobre el asesinato de un joven estudiante de la escuela normal de Ayotzinapa arrojó una sombra sobre los procedimientos, un recordatorio crudo del persistente espectro de violencia que atormenta la conciencia de México. "Quisieron fabricar hechos que no correspondían a la realidad", declaró el Presidente, sus palabras cargadas con un sentido palpable de indignación. Sin embargo, en medio de la oscuridad del engaño, destellos de verdad surgieron desde las profundidades de la investigación.

La sombría realidad del abuso de autoridad salió a la luz. Dos individuos fueron detenidos, mientras la búsqueda de otro perpetrador continuaba sin descanso. En una rara muestra de unidad, la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, tomó una acción decisiva, depurando las filas de su administración para erradicar la complicidad y la corrupción. AMLO, siempre defensor de la transparencia y la rendición de cuentas, respaldó estas medidas, reafirmando su compromiso con la tolerancia cero hacia la corrupción y la impunidad.

El caso Ayotzinapa, un símbolo del trauma colectivo de México, se cernía. La intención de AMLO de relacionarse directamente con las familias en duelo destacó su enfoque empático hacia la gobernanza, sin embargo, su falta de confianza en su representación legal levantó sospechas. En un panorama político lleno de desconfianza e intriga, el escepticismo de AMLO parecía tanto prudente como desconcertante, un paradigma emblemático de la compleja realidad de México.