¿Por qué es tan peligrosa la hipertensión prolongada si no se trata?

Descubra cómo la detección precoz y el control de la presión arterial pueden ayudarle a evitar enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y otros problemas de salud graves.

¿Por qué es tan peligrosa la hipertensión prolongada si no se trata?
La presión arterial vuelve a subir. Foto: CDC / Unsplash

La única forma de detectar la tensión arterial alta es medirla. Hoy en día, esto es fácil, no sólo en la consulta del médico, sino también en la farmacia. Si se detecta a tiempo y se controla, por ejemplo con cambios en el estilo de vida o con medicación, se pueden evitar las enfermedades cardiovasculares, los accidentes cerebrovasculares y otros problemas de salud graves.

La tensión arterial como enfermedad

La presión arterial sistólica, o superior, en el sistema vascular se produce cuando el corazón se contrae, mientras que la presión arterial diastólica, o inferior, se produce cuando el corazón se relaja. Antes se pensaba que en algunos casos, como en los ancianos, era aceptable tener la presión arterial sistólica y diastólica elevadas, pero hoy en día los médicos no son tan indulgentes: para no contribuir a las enfermedades cardiovasculares, la presión arterial de jóvenes y ancianos debe estar entre 120/80 y 140/90 mmHg (aunque por encima de 130/85 mmHg ya se considera elevada). Una presión arterial superior a 140/90 mm/Hg es indicativa de hipertensión.

La hipertensión arterial primaria -que es el caso de la mayoría o el 90% de los pacientes- es una enfermedad en sí misma, mientras que la hipertensión secundaria está causada por otra enfermedad, como una enfermedad renal o endocrina crónica, cuyo tratamiento también normaliza la presión arterial. La hipertensión arterial primaria puede ser asintomática al principio, o estar indicada por síntomas inespecíficos como dolores de cabeza, presión en la cabeza, fatiga, hemorragias nasales, que a menudo no se asocian a la hipertensión, especialmente si el paciente no tiene el hábito de medirla ocasionalmente como medida preventiva.

¿Por qué es tan peligrosa la hipertensión prolongada si no se trata?

Los cardiólogos señalan que sobrecarga el sistema cardiovascular, provocando daños que hacen que los vasos sanguíneos, incluidos los del cerebro, sean más rígidos y estrechos. Este proceso -la aterosclerosis- aumenta el riesgo de obstrucción de los vasos sanguíneos del cerebro y de accidente cerebrovascular isquémico.

La aterosclerosis también puede aumentar la presión del flujo sanguíneo en los vasos sanguíneos del cerebro, contribuyendo a su rotura y hemorragia (ictus hemorrágico). En aproximadamente el 75% de los casos, el aumento de la presión arterial contribuye a la dilatación de la cavidad cardíaca, lo que interfiere en el ritmo adecuado del corazón, provocando el desarrollo de FA e insuficiencia cardíaca. La hipertensión arterial no tratada también puede provocar infarto de miocardio, enfermedad renal crónica, daños en la retina y demencia. Por ejemplo, los investigadores han encontrado una relación entre la presión arterial sistólica alta y un mayor riesgo de daño cerebral. Las personas mayores con una presión arterial diastólica alta tienen un riesgo un 50% mayor de sufrir daños cerebrales que sus compañeros con una presión arterial baja.

En otras palabras, la presión arterial alta daña los órganos que tienen la mejor circulación y el suministro de sangre más abundante. A menudo, los daños en estos órganos son los primeros en manifestarse, y cuando el médico busca la causa, descubre que está causada por la hipertensión arterial.

Si hay una crisis

Si se mide la presión arterial varias veces al día, pueden observarse ligeras fluctuaciones de la misma. Pero los expertos dicen que no hay que preocuparse, porque un cambio de 10-15 mmHg en la presión arterial puede estar influido por una amplia gama de factores - desde el ejercicio, hasta una taza de café, pasando por la ansiedad - y no es casualidad que la presión arterial medida en la consulta del médico tienda a ser más alta que en casa. Por ejemplo, en los adolescentes, las fluctuaciones de la tensión arterial pueden estar relacionadas con los cambios hormonales del organismo.

Una crisis hipertensiva es un conjunto de síntomas que puede dar lugar a complicaciones graves o incluso a una situación de riesgo para la vida del paciente, como una alteración de la conciencia o una hemorragia cerebral. Una de las causas más comunes es la hipertensión arterial no tratada.

Si una subida brusca de la presión arterial va acompañada de fuertes dolores de cabeza, alteraciones de la visión, náuseas, vómitos, convulsiones, confusión, pérdida de conocimiento, falta de aire, dolor en el pecho, hemorragias nasales intensas, llame a una ambulancia.

Si su presión arterial es muy alta pero se siente bien, los médicos recomiendan que se asegure de que no ha olvidado tomar su medicamento para la presión arterial y que tome otro comprimido si es necesario. Al cabo de media hora o una hora, hay que volver a medir la tensión arterial para comprobar el efecto del medicamento. Si experimenta un aumento tan rápido de la presión arterial, debe comentarlo con su médico, que le recomendará la medicación que debe tomar en esas situaciones.

A menudo, las fluctuaciones de la presión arterial, los mareos y la confusión repentina pueden indicar un trastorno circulatorio lento, que puede estar causado por una obstrucción en un vaso sanguíneo. Si, además de las fluctuaciones de la presión arterial, se experimentan mareos, problemas de equilibrio y dolores de cabeza prolongados, especialmente si ya se ha diagnosticado hipertensión arterial, los médicos recomiendan un examen ultrasonográfico de los vasos sanguíneos del cuello y la cabeza para evaluar el estado de las paredes de los vasos sanguíneos. Como medida preventiva, los hombres deberían someterse a un examen de los vasos sanguíneos a partir de los 40-50 años.

Cómo medir la presión arterial

No tome café durante al menos 30 minutos antes, no fume, no vaya al baño, ya que una vejiga llena puede afectar a la medición, y permanezca en reposo durante al menos 5 minutos, sentado en una silla o un sofá.

La presión arterial debe medirse en ambas manos. Deben realizarse al menos dos mediciones de la presión arterial, siendo la segunda la correcta.

Los pacientes hipertensos deben medirse la tensión arterial una o dos veces por semana, pero si su tratamiento ha cambiado, por ejemplo si su médico le ha recetado un medicamento diferente, debe medirse diariamente por la mañana y por la noche para evaluar la eficacia del medicamento.