Los cráneos antiguos desenterrados en México revelan una sorprendente diversidad

Cuatro cráneos antiguos desenterrados de cuevas sumergidas en México sugieren que los primeros seres humanos de América del Norte eran mucho más diversos de lo que se creía.

Los cráneos antiguos desenterrados en México revelan una sorprendente diversidad
Los restos óseos encontrados en el interior de una cueva sumergida en México están entre los más antiguos encontrados en América. Foto: Cortesía de Jerónimo Avilés

Cuatro cráneos antiguos desenterrados de cuevas sumergidas en México sugieren que los primeros seres humanos de América del Norte eran mucho más diversos de lo que se creía, según un nuevo estudio.

Los esqueletos fueron descubiertos por arqueólogos submarinos en un sistema de cuevas de piedra caliza y están fechados entre 13.000 y 9.000 años atrás, según Cosmos, una revista científica.

"Estos hallazgos abren la posibilidad de que las poblaciones iniciales de América del Norte ya tenían un alto nivel de diversidad morfológica, que se redujo a medida que las poblaciones se dispersaron en el continente meridional", dijo a Cosmos el coautor del estudio, Mark Hubbe, de la Universidad Estatal de Ohio.

Los investigadores analizaron los cráneos con tomografías computarizadas y crearon imágenes en 3D de los cráneos combinando datos de varios rayos X.

El cráneo más antiguo era similar a las poblaciones árticas de América del Norte, y el segundo más antiguo recordaba a los europeos modernos. Sin embargo, los rasgos del tercer cráneo más antiguo coincidían con los de los grupos asiáticos y los nativos americanos, y el cuarto más antiguo tenía rasgos de las poblaciones árticas y algunos rasgos modernos de América del Sur.

"El estudio de estos raros restos ilustra que probablemente todavía estamos subestimando la diversidad biológica de los primeros americanos y sugiere que el proceso de ocupación humana de América del Norte y del Sur fue mucho más complejo de lo que se pensaba anteriormente", dijo Hubbe.

Los hallazgos fueron publicados el miércoles en la revista PLOS ONE.