Las tortillas revelan la historia de la deficiencia de folato en México

El estudio es uno de los pocos que investigan la ingesta de AF después de la fortificación, y el primero de este tipo en México.

Las tortillas revelan la historia de la deficiencia de folato en México
Las tortillas revelan la historia de la deficiencia de folato en México. Foto: Pixabay

Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia en colaboración con el Instituto Nacional de Salud Pública de México, que tiene en cuenta el enriquecimiento con ácido fólico (AF) en alimentos básicos hechos de trigo y maíz, como el pan de panadería y las tortillas, encontró que una gran proporción de las mujeres en edad fértil consumen AF por debajo de los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud, lo que aumenta potencialmente el riesgo de defectos del tubo neural en su descendencia.

El estudio es uno de los pocos que investigan la ingesta de AF después de la fortificación, y el primero de este tipo en México. Los resultados se publican en el American Journal of Clinical Nutrition.

En México, el enriquecimiento de la harina de trigo y maíz con AF se implementó en 2001 y se ordenó en 2008, pero sin aplicación directa. Las tablas actuales de contenido de nutrientes mexicanos no tienen en cuenta el AF en el pan de panadería y los alimentos a base de masa de maíz, que son alimentos básicos en México.

Los investigadores midieron el contenido de AF y folato en el pan de panadería y las tortillas recolectadas en áreas geográficamente diversas de México. Luego extrapolaron estos datos a la población en general, ajustando las tablas de ingesta de AF de una encuesta nacional de salud y nutrición de 2012, el equivalente en México de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de Estados Unidos.

Encontraron que la ingesta general de folato mejoró, pero entre el 9 y el 32 por ciento de las niñas de entre 14 y 18 años y entre el 9 y el 28 por ciento de las mujeres de entre 19 y 39 años continúan teniendo consumos que están por debajo de los niveles recomendados por la OMS.

También encontraron que entre el 5 y el 12 por ciento de los niños de entre 1 y 8 años (hasta 1,9 millones de niños) corren el riesgo de ingerir AF a niveles superiores al límite máximo tolerable de ingesta tolerable específico de la edad de la OMS. En los niños, se desconocen los efectos de la exposición alta, pero en los adultos, la exposición alta se ha asociado con el riesgo de cáncer.

Aunque la fortificación de la harina ha sido obligatoria en México durante los últimos 10 años, los investigadores encontraron una gran variabilidad en el uso de las harinas fortificadas. Estas diferencias se corresponden con la geografía, con una exposición a las flores fortificadas que aumenta con el tamaño de la población. En las áreas rurales, las mujeres son más propensas a comer tortillas y alimentos a base de masa de maíz hechos por pequeños fabricantes con harina sin enriquecer, lo que las pone en mayor riesgo de un consumo insuficiente de AF.

"Nuestros hallazgos sugieren que una mayor regulación y supervisión relacionadas con el monitoreo y la evaluación de la fortificación de la harina de maíz y trigo puede evitar riesgos para la salud debido a la sobreexposición de los segmentos vulnerables de la población, así como una ingesta insuficiente en la población a la que se dirige inicialmente el programa de fortificación", dice la primera autora, Manuela Orjuela-Grimm, MD, profesora asistente de Epidemiología y Pediatría de la Columbia Mailman School del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia.

Fuente: Medical Xpress